Siente la noche como el principio del día
con amaneceres de metal que curen tu doloroso ayer
y mimen tu inevitable hoy.
Viaja en la ruleta rusa del tiempo
desnúdate y siéntete vulnerable, juega una y otra vez
a ser quien tu quieras y muere, y nace.
Observáte en el espejo del miedo
Que tus ojos se adapten a las tinieblas y piérdete
en lo desconocido, pues sólo asi
encontrarás el callejón con salida.
Que la infinitud me guie y lo común me calme.
Apología de la infinitud, guía perpetua, en el doloroso ayer y en el inevitable hoy.
ResponderEliminarMe gusta el final: "que la infinitud me guie y lo común me calme"...
Se echaba de menos ver entradas aquí.
Estupendástico!jaj. Yo me quedo con la tercera estrofa. Versos sencillos, gráficos y palpables.
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